España es conocido como el burdel de Europa, después de que un informe de las Naciones Unidas de 2011 posicionó a España como la tercera plaza en prostitución a nivel mundial, detrás de Tailandia y Puerto Rico. Aunque el partido socialista español (PSOE), que hace un mes ganó otro mandato en el gobierno, ha prometido ilegalizar el pago por sexo, la prostitución ha crecido desde que se despenalizó en 1995. Estimaciones recientes afirman que los ingresos del comercio sexual en España ascienden a 26,5 mil millones de dólares al año, con cientos de burdeles autorizados y una plantilla estimada de 300,000 prostitutas.
Para muchas prostitutas ninguno de los partidos políticos españoles tiene propuestas que compensen sus necesidades. Al final la desgracia del colectivo es la de sentirse desprotegido e invisibilizado, solo son rédito político para los partidos o para los empresarios pero las que continúan sufriendo son ellas.
Una encuesta realizada en 2008 encontró que el 78% de los españoles considera la prostitución como algo inevitable en la sociedad moderna. La demanda que sufre España es enorme: otra encuesta, realizada en 2006, encontró que casi el 40% de los hombres españoles mayores de 18 años habían pagado por sexo al menos una vez en su vida. Rocío Mora, cofundadora y directora de Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (Apramp) ha visto recientemente un cambio radical en el tipo de hombres que compran sexo. Antes, eran en su mayoría hombres mayores que se escapaban de sus familias. Ahora, tanto las mujeres en las calles como los hombres que pagan por sexo se están volviendo más jóvenes. “El estigma social no es lo mismo que cuando comencé. Tenemos una generación de hombres jóvenes que crecen creyendo que tienen el derecho a hacerle cualquier cosa al cuerpo de una mujer si han pagado por ello, y no tienen que preocuparse por las consecuencias” afirma la fundadora a The Guardian.
Muchos servicios de escorts, ofrecen recomendaciones a los clientes para el trato hacia la prostituta contratada. El hotel con servicio de escorts PerlaNegraBcn afirma en su blog “cómo ser un buen cliente para una escort de lujo”, una guía que se basa en el comunicación y el respeto cliente – trabajadora sexual. Sin embargo, y a pesar de los post, la pregunta continua, sea o no de lujo –valga el adjetivo con tufo mercantilista- ¿es normal el maltrato o la trata? La respuesta es obvia, no. Sin embargo, como apuntan personas como Rocío Mora o las mismas trabajadoras sexuales, el prejuicio ante el oficio y mercantilización sin leyes es lo que parece seguir con la problemática.
La publicación en 2019 de varios libros eróticos como La lista de Harris de damas de Covent-Garden, una guía para prostitutas del siglo XVIII por parte Biblioteca Británica es un ejemplo claro de cómo el prejuicio y la subestimación sigue estado entre nosotros a pesar de que el oficio de las trabajadoras sexuales exista desde la Antigua Roma. “La importancia de estos libros siempre ha sido conocida, pero las leyes de obscenidad y el peligro de robo impedían que se les dieran libre acceso” afirma la curadora Maddy Smith a La Vanguardia.
Desde Lilith a María Magdalena, la sociedad divide a la mujeres entre putas víctimas o putas arribistas -esa mujer mala que goza y consigue lo que quiere- teniendo siempre el mismo juicio sobre la sexualidad femenina, dejando un manto de duda que termina convirtiéndose en tabú dentro de su libre albedrío. Al final, ¿no es un cambio de mentalidad con respecto a los roles, el libre ejercicio, respeto y legalización lo que acabaría con el tabú de la prostitución?