Nadie duda de que las nuevas tecnologías han propiciado nuevas formas de relacionarse en el siglo XXI. Si bien han ampliado las posibilidades para ligar, interaccionar y conocer más gente, también han supuesto la aparición de malos hábitos en las experiencias socio-afectivas. El clásico ‘se fue por tabaco y nunca más volvió’ se ha reinventado con la explosión del mundo digital y las apps de citas.
Pongámonos en situación: conoces a alguien, empezáis a hablar y os moláis, disfrutáis de varias citas. Todo va aparentemente bien. Hay química, complicidad y sientes que puedes confiar en esa persona. Puede que incluso hayáis hablado de dar un paso más y formalizar vuestra relación… Pero de repente, sin saber por qué, sin previo aviso, desaparece. No responde a tus llamadas ni mensajes. Te bloquea. Te borra de las redes sociales. La ilusión inicial se desvanece y te sumerges en un mar de dudas. ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Por qué te está haciendo esto? ¿Estará bien? ¿Ha ocurrido algo que le haya molestado? Le das una y mil vueltas a la cabeza para intentar comprender lo que está pasando, buscas encajar las piezas de ese puzle… Sin embargo, hay poco que rascar. Lo que te ha pasado se llama ghosting.
El ghosting sucede cuando una persona corta drásticamente todo tipo de comunicación con otra sin ninguna explicación. Esta palabra, que viene del inglés, se puede traducir como ‘hacerse el fantasma’. Hay que tener en cuenta que el ghosting puede afectar tanto a relaciones incipientes como a vínculos románticos más intensos y estables. Es decir, una persona puede ser “ghosteada” por su crush, un rollete, o una pareja.
Básicamente, el ghosting es desconsiderado, incómodo y confuso. Las personas que hacen ghosting, en lugar de expresar a la otra persona su deseo o intención de finalizar la relación, lo que hacen es desaparecer sin más. No obstante, hay quien antes de desaparecer prepara el terreno y se distancia lentamente, de modo gradual e intermitente. Esto es, primero disminuyen las interacciones y las respuestas; luego se muestra receptivos y abiertos al contacto dando likes a tus publicaciones en redes sociales o enviando emojis como respuesta a vuestras conversaciones… Sin embargo, ni concreta una nueva cita ni se esfuerza en mantener una conversación honesta, recíproca e interesada.
¿Por qué algunas personas hacen ghosting?
Las razones que pueden llevar a una persona a hacer ghosting pueden ser diversas:
Es cómodo. Se evita dar explicaciones y enfrentarse a una posible discusión o conflicto.
Es posible que exista miedo a ser sincero con la otra persona y que esa emoción dificulte que se maneje la situación de forma responsable y madura. Por ejemplo, puede ser que vuestra conexión se haya esfumado, que haya conocido a otra persona, que haya regresado a su vida alguien de su pasado, que tenga dudas sobre el tipo de relación que desea en este momento… Lo adecuado y responsable es terminar cada relación de forma educada, pues el temor y la cobardía no pueden justificar el hecho de dañar a otra persona.
No había un interés real en ti y por tanto, ‘si te he visto, no me acuerdo’. Hay personas que únicamente buscan, mediante la conquista, sentirse deseadas y subir su ego. Este comportamiento puede ser poco ético y muy egoísta si además, alimenta falsas expectativas o no valora los sentimientos de la otra persona.
¿Cómo actuar si eres víctima del ghosting?
Tras un episodio de ghosting es posible que aparezcan emociones como la angustia, el desconcierto, la ira o la frustración. Para manejar ese malestar, es importante que tengas en cuenta lo siguiente:
Valora el tipo de relación. Si se trata de una relación incipiente o un rollete, no sobredimensiones lo ocurrido. Es obvio que es una situación triste y decepcionante, pero solo se trata de una mala experiencia y no de algo que vaya a condicionar el resto de tu vida. El mundo está lleno de gente desagradable, así que toca asumirlo y seguir jugando. Mi consejo es que pienses sobre lo ocurrido en frío: es mejor que haya hecho gala de su cobardía al principio y no cuando cargues con 5 años de relación, una hipoteca y un bebé en camino. Si sientes rabia, puedes optar por enviarle un mensaje constructivo o escribir una carta (aunque no se la envíes). El hecho de escribirle puede hacer que experimentes una sensación de autoprotección y superioridad. Eso sí, no esperes una respuesta y menos una respuesta grandilocuente. También puedes no hacer nada: si constatas que no le importas, ¿para qué necesitas una explicación razonada de su desaparición?
Si por el contrario se trata de una relación intensa e incluso consolidada en el tiempo, es posible que sientas mucho dolor emocional. Es importante reconocer que duele y que, pese a tus buenos sentimientos, has sido víctima de un engaño. Pero, ojo, no te castigues por ello. No eres culpable de la cobardía de esa persona ni tampoco de que te hayas involucrado, en algo tan humano, como lo es una relación. Deja que el fantasma se vaya, habla con las personas que sí te quieren sobre cómo te sientes y busca nuevas formas de cuidarte y distraerte.
Pon atención a las acciones y no a las palabras. Aferrarse a antiguas promesas solo dificultará que pases página. Acepta que te colgaste de la persona equivocada y que el mundo no acaba ahí. La cuestión es simple: si le importas a una persona, si respeta tus sentimientos (incluso cuando no son correspondidos), antes de poner fin a la relación y desaparecer, da la cara.
Evita la culpa. No olvides que las razones que llevan a una persona a hacer ghosting tienen más que ver con ellas mismas que contigo. Puedes reflexionar sobre si has hecho algo que haya ofendido a la otra persona, pero si no encuentras una razón clara y definida que haya podido influir en la actitud del otro, lo mejor es que no te martirices.
Razona que una relación con esta persona habría sido un absoluto desastre. Si es incapaz de dar la cara para finalizar una relación, ¿cómo habría actuado ante un acontecimiento realmente importante, por ejemplo, si te detectan una enfermedad, tienes un accidente de tráfico o te despiden por sorpresa del trabajo? Es más, ¿de verdad deseas una persona tan cobarde como compañero/a de vida?
Date la oportunidad de conocer a otras personas. Sí, pero porque te apetece y no por despecho. Las relaciones no son bienes de consumo. Filtra aquello que quieres y lo que no, sé sincero con tus propios sentimientos, controla las expectativas y huye de aquellos individuos que creen que ‘eres el amor de su vida’ tras vivir cuatro citas.
Recuerda que puede volver a ocurrir. No tienes el control de todos los acontecimientos que puedan pasar en el mundo. Por tanto, sé realista.
Pide cita con un profesional de la psicología si notas que ser víctima de ghosting está afectando a tu salud mental y/o a otros ámbitos de tu vida (el trabajo, las relaciones sociales, tu autoestima, etc).