Para muchos, la lectura es casi tan parecido a asomarse al balcón, a que el paisaje te cuente algo. Si es la calle, los transeúntes te dicen cosas, los vecinos riegan las plantas, el panadero hornea el pan o quema un croissant, los niños se emocionan o lloran yendo al colegio. Leer es como asomarse al balcón porque un libro te muestra lo que le pasa a los otros y tu puedes seguir imaginando qué pasa más allá.
Para la fallecida editora Esther Tusquets, el gusto por la lectura se adquiere casi siempre desde la niñez, sin embargo, le sorprendía la dificultad de inculcar esta tradición. Es por esa dificultad que se celebra el Día del libro en Hispanoamérica y la tradición de Sant Jordi en Barcelona, como forma de recobrar la tradición de la lectura en papel en una época de pantallas y distracciones móviles.
“Lee y conducirás, no leas y serás conducido” decía Santa Teresa de Jesús, es por ello, que hemos contactado a varias mujeres vinculadas al mundo del libro para que nos recomienden buenos títulos, más allá de las recomendaciones comerciales para celebrar este Día del libro / Sant Jordi.
Recomendaciones fabulosas por mujeres fabulosas
Laura Fernández – Escritora de novelas como Bienvenidos a Welcome y Connerland, además es periodista de cultura en el diario El País
Para Laura un libro muy recomendado es Por qué haría yo de Mary Robison (Malas Tierras). A la escritora le parece alucinante, “estar en el cerebro de alguien completamente desordenado, es fabuloso”, dice. Nos cuenta que Robinson tardó 20 años escribiendo esta novela en tarjetitas pequeñas porque tenía un bloqueo creativo y “acabó teniendo esta genialidad” justo después de que la vida le cambiara al ser madre. “No me he sentido más comprendida incluso mentalmente”, afirma Fernández. También recomienda Matadero 5 de Kurt Vonnegut en la nueva edición y traducción de Blackie Books, donde la escritora y periodista reconfirma que el autor era “casi de otro planeta” ya que “la manera de escribir de Vonnegut no tiene rival”. Por último, recomienda las dos novelas de Philip Larkin, un autor al que se conoce más como poeta, pero que en Jill y Una chica de invierno, ambos editadas por Impedimenta. Fernández dice que son novelas de iniciación y en el caso de Jill es una novela de escritor, “un autor que se inventa un personaje femenino (Jill) para tener algo atractivo de lo que hablar con su guapo compañero de cuarto que es totalmente distinto a él”.
Elisabet Riera – Editora en la editorial Wunderkammer
Para Elisabet los tres libros que recomendaría y que ahora mismo tiene en su mesita de noche serían Guerra interior de Angélica Liddel, publicado por la editorial La Uña Rota, El cazador celeste de Roberto Calasso de la editorial Anagrama y, por último, Cada día es un árbol que cae de Gabrielle Wittkop, editado por Cabaret Voltaire. Un título que Riera reconoce como fascinante y que le hubiese encantado editar en su propia editorial porque Wittkop cuenta con un “lenguaje denso y suculento”, en forma y en ideas donde la protagonista es su propia vida, una de las que ya no se viven. “Un elogio de lo oscuro y lo interior, de lo viejo, lo posado, lo decadente. Lo que está presto a desaparecer” afirma la editora.
Beatriz García – Escritora de El silencio de las sirenas y Tierra hueca, este último ganador del Premio Amaltea de ciencia ficción, terror y fantasía 2019. Además es periodista cultural en AlDíaNews.
Beatriz comienza recomendando Espiritistes i lliurepensadores. Dones pioneres en la lluita pels drets civils publicado por Angle editorial, un libro de historia donde se refleja la relación entre espiritismo y anarquismo junto a las luchas sociales y feministas. Un momento histórico poco conocido en la historia de Barcelona, especialmente por ese grupo de mujeres que hacían “bailar las mesas” y esa relación entre el más allá como manifiesto político frente al catolicismo que estaba instaurado en el poder. Como segundo título recomienda Animales Feroces de Mariela Buriel (Aristas Martínez). Para Beatriz esa novela es una historia contemporánea donde se reflejan las aparentes contradicciones entre lo rural y lo urbano, donde se puntualiza nuestra condición animal y el concepto de interespecie. Para Beatriz García, Buriel es una escritora que se aleja de pomposidades porque se toma la literatura como un juego y va en contra del relato hegemónico. También nos comenta El muro fantasma de Sara Moss (Sexto Piso) que cree interesante porque es una revisión de la Edad de Hierro desde un punto de vista actual, “que tiene mucha guasa y crítica a la frase ‘los tiempos pasados son mejores’” y que particularmente para la escritora y periodista “es una lectura sobre ese machismo arraigado entre nosotros a día de hoy”. Por último, recomienda Nevada de Claire Vaye Watkins, quien con sus relatos consigue llegar a detalles como el de un perro que se rasca las pulgas, muy en el estilo de Raymond Carver, donde no pasa nada afuera pero, dentro de los personajes, algo está pasando a partir de lo que no se dice.
Marta Valverde – Encargada de comunicación y administración editorial de la editorial Gatopardo.
Marta Valverde nos da sus tres recomendaciones para este Día del libro. La primera recomendación es Claus y Lucas de Agota Kristof (Alpha Decay) donde la escritora húngara relata la historia de estos gemelos que son relevantes porque “dejan atrás su inocencia para convertirse en dos seres completamente deshumanizados, a los que la crueldad se les presenta como la única herramienta para sobrevivir”, un libro que se debe leer antes o después, porque está repleto de episodios y guiños que interpelan y explican parte de nuestro presente. Marta también nos recomienda Cuánto oro esconden estas colinas de C. Pam Zhang (Gatopardo) un western atípico en donde dos hermanas chinas, en plena fiebre del oro, emprenden un viaje para darle sepultura al cuerpo de su padre. Y, por último, La buena voluntad de Ingmar Bergman (Fulgencio Pimentel) donde el cineasta indaga en la intimidad de sus padres “a través de fotografías, rumores y especulaciones, para contar los primeros años de su turbulenta relación”. No es de extrañar que con este libro se refleje la experimentación sobre el amor en sus películas. “No es un libro que recomendaría a todo el mundo, pero sí a aquellos interesados en la obra del cineasta sueco”, afirma.
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Por último, luego de estas cuatro expertas del mundo del libro, Ariana Basciani, nuestra editora en Culturetas, nos ofrece cinco recomendaciones adicionales:
Nubesfuria de Belén Gopegui con ilustraciones de Natalia Carrero (Somos Libros) es un libro de artista mezclado con una historia corta pero fundamental, cómo llegan las emociones a nuestras vidas, a nuestro cuerpo, cómo las sentimos y por qué hay que unirse para hablar de ello. Nubesfuria es un álbum ilustrado perfecto para quien le teme a las emociones, a la rabia, al dolor, a la furia. Un libro perfecto para adolescentes y para adultos. Por su parte, el ensayo El fin del amor: Una sociología de las relaciones negativas (Katz) de la socióloga Eva Illouz demuestra por qué las nuevas generaciones tienen tantos problemas para generar vínculos y, posiblemente, según explica la socióloga, se debe a la gran cantidad de libertades versus la poca capacidad de poner límites a lo que deseamos frente al otro. Otro ensayo que abre mentes, sesudo a pesar de lo corto de su extensión es La mirada imposible de Agustín Fernández Mallo, editado por Wunderkammer, donde el autor interpela nuestras formas de identidad y cómo la construimos, cómo nuestras máscaras no son un síntoma peyorativo, sino evolutivo. Además, también recomienda No es un río, de la escritora argentina Selva Almada (Literatura Random House), una novela que explica las masculinidades, las diferencias entre lo urbano y lo rural, y cómo se afrontan las muertes cuando suceden de forma inesperada. Por último, recomienda la recién publicada novela en español de Ottesa Moshfegh, La muerte en sus manos (Alfaguara) un libro que le recuerda a la serie WandaVision y a esa fortaleza o esa debilidad que puede ser nuestra propia imaginación.
Este Día del Libro, celebremos la lectura comprando libros en librerías, conversando con los libreros, pidiendo recomendaciones a gente que nos conozca o gente que conozca de libros, más allá de lo comercial, pasemos a lo cercano, eso que se nos ha quitado desde el 2020 con la pandemia. Reafirmemos nuestros vínculos a partir de las lecturas, inculquemos el gusto por la tradición lectora.